Viaja, ante todo pronóstico, porque viajar nos hace felices

Estudios científicos indican que las personas que viajan son más felices.

Así que, no importa dónde, ni cuándo, ni por qué, viaja. Programa un nuevo destino, desconecta de la monotonía y carga las pilas de nuevas experiencias, nuevos aprendizajes. Descarga adrenalina y aprovecha la ilusión del «qué vendrá mañana». Toda oportunidad es buena para ir de viaje.

Es casi agosto, y si alguno no tiene ya los pies en la playa, probablemente esté a punto de subir a un coche, tren o avión con destino a una nueva aventura. Pero si no tienes vacaciones hasta dentro de un tiempo, escápate, aunque sea un fin de semana. Porque viajar libera la mente y cada experiencia nueva nos hace un poco más felices y mucho más fuertes.

Estas son algunas razones por las que viajar ayuda a mejorar nuestra salud mental:

  1. Reduce el estrés y mejora el bienestar emocional. Romper con la rutina nos libera de preocupaciones. Viajar  nos ayuda a alejarnos de las partes estresantes de nuestra vida, a reconfigurar nuestras ideas, alcanzar nuevos puntos de vista y a desarrollar nuevas estrategias para sobrepasar obstáculos. Cuando viajas las preocupaciones se diluyen y los pensamientos se enfocan en aquello que nos emociona: «Qué lugar nuevo veré hoy, o qué plato distinto puedo probar».
  2. Estimula del cerebro. Según José Manuel Moltó, miembro de la Sociedad Española de Neurología (SEN), existen tres elementos clave que estimulan el cerebro: la novedad, la variedad y el desafío. Para Moltó, «viajar cumple con los tres» y por lo tanto mantiene nuestro cerebro activo, sano y resistente.
  3. Reduce el riesgo de padecer infartos. Especialmente en las personas mayores, viajar reduce a largo plazo la posibilidad de sufrir un infarto o padecer alzheimer. Porque estimular el cerebro, además, previene las enfermedades neuronales debido al deterioro de la edad.
  4.  Ayuda a mejorar nuestra autoestima. Fomenta la creatividad, la organización y la concentración. Nos enseña a ser resolutivos, más sociables y a admirar y valorar lo desconocido. Viajar nos hace ver que no existen límites, más que los que nos ponemos a nosotros mismos.

Existen incluso casos extremos, como el de Emily Mulligan, que cuenta su experiencia sobre cómo viajar  le ayudó a superar una depresión. 

No se trata únicamente de mantenernos ocupados durante las vacaciones. Se trata de aprender a valorar lo desconocido y encontrar en ello la felicidad.

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