Gap Year o cómo descubrir qué hacer con tu vida

Vivimos en una sociedad que nos empuja constantemente a decidir a qué nos queremos dedicar en el futuro, donde (casi) nos pasamos más tiempo pensando en lo que vendrá que en el presente. Hay gente que desde pequeña tiene clara su vocación y para ellos esto no supone un gran esfuerzo, pero… qué pasa con todas aquellas personas que no tienen ni idea sobre qué quieren hacer con su vida profesional y se ven obligados a ir eligiendo a tientas qué bachillerato hacer, qué carrera o máster estudiar o, incluso, si quieren ir o no a la Universidad.

A esto se suma la presión que nos ejerce la sociedad para terminar cuanto antes nuestros estudios, completarlos en el menor tiempo posible. Esto puede crear en ocasiones una situación de estrés, que nos haga sentirnos perdidos, e incluso creer que estamos fracasando por no cumplir con las pautas marcadas.

Esto sucede porque nuestra sociedad confía ciegamente en la educación formal (la tradicional, obligatoria y reglada) y cree que todo lo que necesitamos reside en ella. Pero esto está cambiando. Cada vez se valora más adquirir competencias transversales y habilidades que no se adquieren en este tipo de educación normalmente.

Debido a esto, cada vez más gente apuesta por tomarse un gap year, algo muy común en países como Estados Unidos, Australia o Reino Unido. Un gap year consiste en un período, normalmente de un año, en el que los estudiantes, al finalizar el instituto deciden esperar un año antes de comenzar la Universidad. Durante este año las opciones son infinitas: viajar, realizar prácticas profesionales, voluntariado, intercambios, etc. Esto les permite, por un lado, elegir con más calma qué quieren estudiar en la Universidad y, por otro lado, ganar competencias tanto personales como profesionales gracias a la educación no formal (aquella que se produce fuera del ámbito de la educación tradicional obligatoria) y la educación informal (aquella que comprende todas esas cosas que aprendemos de manera casual, en nuestro día a día y casi sin darnos cuenta).

Quizás, si estás perdido y no sabes qué hacer con tu vida, la mejor opción sea aprovechar y vivir tu propio gap year, incluso si ya has terminado tus estudios, pero no te ves preparado para comenzar tu carrera profesional.